¿Has sentido que tus emociones te dirigen? ¿no puedes regular tus estados emocionales? tal vez te alteres demasiado en ciertas situaciones, o bien te bloquees. En ambos casos, sería beneficioso adquirir estrategias de regulación emocional, con el objetivo de que no inhibas tus emociones ni "explotes".
En ocasiones, ponemos en marcha de forma automática, estrategias desadaptativas:
Rumiación: repasar mentalmente la situación, con todo lujo de detalles, entrando en bucle.
Evitación: intentar no pensar en algo importante que nos genera un conflicto.
Supresión: realizar rituales mentales o conductuales para "anular" un estado emocional.
En su lugar, podemos realizar estrategias adaptativas que nos permitan afrontar y regular adecuadamente nuestras emociones:
Solución de problemas: algunas situaciones no cambiarán por mucho que "lo pensemos", y será necesario entrar en acción. Una vez tomadas ciertas decisiones, se realizan actos que conlleva, en última instancia, un cambio en el estado emocional.
Aceptación: es la alternativa a la evitación, y no se refiere a tomar una postura de resignación, sino a la capacidad de tolerar el malestar.
Reevaluación cognitiva: consiste en cuestionarte como piensas y contemplar aspectos nuevos y perspectivas diferentes que permitan cambiar la influencia que tiene en ti una emoción. Si cambias la forma en que piensas sobre una situación, también cambiará el impacto emocional que te provoca.
Existen más estrategias adaptativas que se centran en la respiración y ejercicio. No obstante, conviene valorar su uso en función del perfil clínico y un breve entrenamiento dirigido en sesión, ya que existe riesgo de hiperventilación, tensión muscular e incremento de sintomatología de ansiedad y estrés.
Si desconocías estas técnicas de regulación y quieres profundizar, o bien has tratado de poner en marcha estas u otras técnicas sin haber logrado los resultados esperados, te animo a que solicites una sesión para valorar el caso.
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